los medicamentos tradicionales para la artritis inflamatoria (IA) incluyen medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) e inhibidores de la ciclooxigenasa-2 (COXIBs), que tienen beneficios clínicos variables y efectos secundarios graves., En ensayos controlados aleatorizados a gran escala (ECA) en IA, han demostrado disminuciones significativas en el dolor y la inflamación, pero también aumentos significativos en los síntomas gastrointestinales, hemorragias graves y eventos cardiovasculares. Copaiba, un aceite esencial usado tópicamente, tiene beneficios potenciales pero no probados, con pocos o ningún efecto secundario. La investigación básica apoya sus mecanismos de beneficio, pero los datos en humanos son escasos e incluyen 1 serie de casos y 1 ECA pequeño que examina sus beneficios para otra condición inflamatoria, no IA., Proporcionar un alivio eficaz y seguro del dolor para los pacientes con IA presenta desafíos clínicos, de salud pública y de investigación. El desafío clínico es maximizar los beneficios del tratamiento y minimizar sus riesgos. Las ventas de copaiba están aumentando y pueden continuar haciéndolo incluso en ausencia de evidencia confiable de los ECA, lo que representa un desafío para la salud pública. Por lo tanto, el desafío de la investigación es probar copaiba tópica versus un placebo para pacientes con IA en un contexto de atención habitual en Eca de tamaño, dosis y duración suficientes., Si tales ensayos muestran resultados positivos, un siguiente paso lógico podría ser comparaciones cara a cara contra los AINE y los Coxib. La evidencia de los ECA puede apoyar un uso más generalizado o, parafraseando a Huxley, concluir que copaiba es otra hermosa hipótesis asesinada por hechos feos.
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